martes, 30 de septiembre de 2014

Nut, diosa del cielo.


Buenas tardes, lectores. Hoy voy a hablaros de la señora del cielo, Nut.
Al igual que otras culturas, los antiguos egipcios divinizaron los elementos primordiales de la naturaleza en un intento por comprender el mundo que los rodeaba.  
Así, al aire lo convirtieron en el dios Shu y a la humedad en la diosa Tefnut. De estos dioses nacieron dos hijos: Geb, dios de la tierra y Nut, diosa del cielo. Esta diosa era considerada la creadora de todos los astros, que se desplazaban a través de su cuerpo, que no era otra cosa que la bóveda celeste, el universo físico. Cada noche, según el mito recogido en el llamado Libro de las cavernas, se tragaba al dios sol Ra, que recorría su cuerpo durante las horas nocturnas; del mismo modo, cada amanecer Nut daba a luz al sol renacido en forma del dios escarabajo Jepri (que representa al sol de la mañana), siguiendo la concepción cíclica del tiempo que tenían los antiguos egipcios.

Nut. Tumba de Djehuty
Entre sus títulos estaban: "Señora de Heliópolis" (la ciudad del sol) y "la grande que da el nacimiento a los dioses". Según el mito de la creación surgido en esta ciudad, Ra, celoso de la unión entre Geb y Nut, ordenó al dios del aire Shu que se interpusiera entre ellos (impidiéndoles procrear cualquier día del año), de modo que se creó un espacio donde fue posible la existencia de los humanos, las plantas y los animales. 
El dios Thot, apenado por la situación de estos dioses, que pugnaban por acercarse el uno al otro (hecho que explicaba los terremotos, según las creencias de los egipcios) ideó una estratagema consistente en retar al dios Ra (o al dios de la luna, en otras versiones) a una partida de senet; si ganaba, el dios del sol debería regalarle cinco días. Thot resultó vencedor, de modo que, según lo apostado, Ra le regaló los días prometidos. Después, el dios de la escritura y la sabiduría les regaló estos días a Geb y Nut, que pudieron finalmente tener descendencia. 
Estos días, llamados epagómenos por los griegos, completaban los 365 días del calendario egipcio. 
Thot jugando contra el dios de la luna, Jonsu.
Iconografía
La diosa Nut aparece generalmente representada con la piel azul y cubierta de estrellas, arqueada sobre la tierra (Geb).
Mundo funerario: 
La creencia en el renacer diario de Ra a través de esta diosa, hizo que los egipcios considerasen que también ayudaba a renacer a los difuntos, acogiéndolos en el Más Allá con sus alas extendidas, convertidos ya en estrellas. Por esta razón suele ser representada en el interior de los sarcófagos (sobre todo la tapa, siendo su esposo el que personificaría la caja). Así, el difunto era introducido en un microcosmos que simbolizaba la unión de ambos dioses previa a su separación por Shu. Este simbolismo se representaba de igual manera en el techo y el suelo de la tumba.
Nut en el fondo de un sarcófago

Como amiga y protectora de los muertos, estos acudían a ella en el Más Allá para obtener comida (frutos del sicomoro), ayuda y protección, como un hijo acude a su madre. 
Sin embargo, no se han encontrado templos dedicados a esta divinidad.
Tumba de Senedjem. Nut, en forma de sicomoro, les ofrece comida a él y su esposa
Para terminar, os dejo esta recreación del himno 567 a la diosa Nut, de los Textos de las pirámides, que podemos encontrar en el disco "La música en la era de las pirámides" de Rafael Pérez Arroyo:



Bibliografía y webgrafía: 
- CASTEL, Elisa. (2002): Gran diccionario de mitología egipcia. Ed. Alderabán. España.
- Nut, la señora del cielo. Egiptomanía. Barcelona: Planeta DeAgostini, 1997, volumen 1, pp-28-29.
- http://www.egiptologia.org/mitologia/panteon/nut.htm. consulta: 30 septiembre 2014.

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