domingo, 7 de diciembre de 2014

La esclavitud

Buenas tardes, lectores. Hoy quiero hablaros de un tema un tanto polémico y que últimamente está de actualidad gracias al cine. Me refiero a la esclavitud en el antiguo Egipto. Como sabéis se ha estrenado recientemente una nueva película de temática bíblica, y a raíz de ello mucho se está discutiendo en distintos grupos de historia en facebook sobre los esclavos (de cualquier etnia) en Egipto. Me he encontrado, curiosamente, con dos ideas: los que creen ciegamente el tópico de esclavos construyendo pirámides a latigazos, y los que niegan rotundamente la existencia de esclavitud en el antiguo Egipto. Pues bien, tras mucho leer puedo decir que ambos están equivocados. Veamos con más detalle por qué.
Egipcio azotando a esclavo hebreo. Es el típico (y erróneo) dibujo que vemos en los libros de religión en el colegio.

¿Existe la palabra esclavo en el idioma de los faraones?
No hay una única palabra que signifique esclavo en egipcio, de la  manera que en la antigua Grecia tenemos el término doulos, o en la antigua Roma el término servus. En egipto los egiptólogos se han encontrado varios términos que pueden tener interpretaciones diversas, pudiendo hacer referencia tanto a un esclavo como a un servidor, es decir, un hombre libre; de modo que esto genera confusión.
Entre estos confusos términos tenemos:
  • Hem (hemet, en femenino): algunos egiptólogos lo traducen como esclavo, mientras que otros lo hacen como servidor o sirviente, sin ponerse de acuerdo.
  • Hemu-nesu o tep-ankh: remiten a los prisioneros de guerra.
  • Isu: que significa "persona comprada" y podría, por tanto, referirse propiamente a los esclavos.
  • Bak (baket en femenino): todos los autores lo traducen como "servidor", pero en época ramésida parece ser sinónimo de hem. Por tanto, es posible que fuese usado de manera general durante el Reino Nuevo para referirse a los servidores, donde estarían incluidos los esclavos.
  • Meret: vinculado a un tipo de trabajo (producción agrícola) periódicamente requerido por el Estado. Pero este término presenta el problema de que no son personas vendidas ni compradas, ni consideradas "cosas" o "bienes", por lo que no deben ser considerados esclavos verdaderamente.
Por tanto, podemos decir que en la lengua egipcia no existe un término concreto y claro para "esclavitud", ni tampoco para "amo". Además, debe quedar claro que la mayoría de los cautivos de guerra, los esclavos propiamente dichos, parecen haberse establecido entre la población general, llevando a cabo las mismas actividades y funciones que la población nativa egipcia. Por ejemplo, no siempre es posible distinguir entre "esclavo", "servidor" o "agricultor" entre los trabajadores de los campos de un templo o de un funcionario.
Ramsés II y sus hijos luchando contra los nubios. Templo de Beit el-Wali.
Servidores y esclavos
Debemos diferenciar estos dos conceptos; ambos son formas de trabajo coercitivas, pero existen diferencias entre ambas. Por un lado, el esclavo fue considerado un "bien mueble" de su propietario (es decir, igual a una silla o un vestido, por ejemplo), que podía dejarse en herencia, alquilarse a otro particular por unos días, comprarse o venderse. Mientras que el siervo era un hombre libre, que tenía una serie de deberes con las instituciones del Estado, por ejemplo, participar en las corveas para construir edificios (como las famosas pirámides de Gizah), pagar impuestos o proveer servicio militar, especialmente durante el Reino Antiguo, cuando aún no existía un ejército profesionalizado. En caso de huir, recibían castigos, como la servidumbre perpetua. Por otra parte, los poderosos podían librarse de esta corvea pagando. 
Generalmente, los siervos eran nativos de Egipto y étnicamente no se diferenciarían del resto de la población, al contrario que la mayoría de los esclavos, que eran prisioneros de guerra, principalmente.
Campesinos egipcios. Tumba de Menna
Por otro lado, las posesiones del esclavo eran de su propietario, al igual que su trabajo, mientras que los servidores podían tener propiedad. A los esclavos se les permitía, en ocasiones, trabajar en una parcela de tierra, como aparceros, pagando a su amo con una parte de lo producido por el derecho a usar su propia fuerza de trabajo.
Los esclavos fueron oficialmente percibidos como "cosas" individuales, mientras que los servidores fueron legalmente reconocidos como personas, que formaban parte de una familia.
Sin embargo, no todos los esclavos eran extranjeros procedentes de botines de guerra, sino que existía la posibilidad de que un egipcio o egipcia se vendiera a sí mismo como esclavo por motivos económicos durante un tiempo limitado, cuando no tenía dinero para pagar sus deudas, de modo que la pagaba con su trabajo.
En resumen, la esclavitud supone carecer de libertad, mientras que la servidumbre está compuesta por personas libres, integrantes de la sociedad, aunque en la práctica tuvieran también una limitación de la libertad y la obligación de obediencia y servicios a las instituciones del Estado.
En el antiguo Egipto no existió una normativa que regulase la condición de esclavo. Por tanto, que ciertos individuos fueran privados de su libertad es debido al concepto egipcio del orden (Maat) frente al caos: como extranjeros que eran, habitaban en el "no-orden" o "caos" para un egipcio, mientras que el orden o Maat lo representaba el propio Egipto y sus habitantes. De tal manera que el dominio del faraón sobre estos extranjeros era una forma más de simbolizar el dominio del Maat sobre el caos y el desorden, que era una de las obligaciones del faraón.
Prisioneros libios
Origen de los esclavos
Como ya se ha mencionado, la principal fuente de esclavos era la guerra. Los extranjeros (nubios, libios, asiáticos, etc.) hechos cautivos eran, por tanto, convertidos en esclavos, propiedad del rey. Después, este los distribuía entre aquellos personajes que, por sus servicios al Estado, eran considerados merecedores de una recompensa.
Aunque ya se conocían en el Reino Antiguo (siendo principalmente nubios), el número de esclavos va a aumentar durante el Reino Nuevo, debido a que esta etapa de la historia de Egipto fue la más belicista y expansiva.
Prisioneros nubios. Templo de Abu Simbel
Algunos de estos cautivos fueron incorporados al ejército como cuerpos específicos del mismo (destacan los arqueros nubios, famosos por su destreza con el arco) y recibieron tierras para explotación agrícola, hecho que mejoraría sus condiciones de vida.
Arqueros nubios, tumba de Meseheti. Museo de El Cairo
Otro ejemplo es el de los sherden, a los que se enfrentó Ramsés II a comienzos de su reinado y que acabaron formando parte de su guardia personal.
Otra forma de obtención de esclavos fue la demanda de los mismos como tributo a los gobernantes extranjeros que eran vasallos del faraón.
Entre los individuos propietarios de esclavos durante el Reino Nuevo encontramos a ganaderos, soldados, sacerdotes y sacerdotisas o "ciudadanos", que poseían generalmente, dado su alto precio, uno o dos. Igualmente, un extranjero (libre, obviamente) podía también tener esclavos, siempre que pudiera pagarlos.
Sherden
Destino de los esclavos
Su nombre, filiación y lugar de origen eran debidamente registrados para llevar un control; en la documentación conservada se nos dice que algunos esclavos eran marcados con hierro candente, con el nombre del rey o dios al que servían. Si bien esta práctica parece haberse abandonado con posterioridad.
Podemos hablar de 4 categorías de trabajo esclavo: 
  1. Los domésticos, que se encontraban en manos de particulares y que podían ser comprados (y vendidos), o ser donaciones del faraón, como recompensa por los servicios prestados a la Corona, especialmente en el caso de los oficiales del ejército.
  2. Los dependientes de una institución (templos y dominios estatales), que realizaban distintos tipos de trabajos; 
  3. Los adscriptos a la tierra, que realizaban en general tareas agrícolas.
  4. Los esclavos dependientes de la corona. Desde la IV dinastía se atestigua la existencia de prisioneros de guerra llamados "reales". Podían poseer una parcela, si bien en este caso los límites entre esclavitud y servidumbre son difíciles de establecer.     
Los más desafortunados eran enviados a las canteras de Nubia o el Sinaí, donde también eran enviados algunos criminales, como ya vimos aquí.
Prisioneros nubios
El rey, especialmente desde la dinastía XVIII, podía donar esclavos a particulares. Tenemos el caso de Ahmose, hijo de Abana, que fue recompensado de tal manera por su participación en la guerra contra los hyksos. Durante la toma de la ciudad de Avaris, en el delta, que había sido la capital de los reyes hyksos, Ahmose capturó a cuatro individuos, que después le fueron concedidos como esclavos.
Por otro lado, los prisioneros de guerra esclavizados podían ser donados a templos, para trabajar en sus talleres o en sus tierras. Por ejemplo, el papiro Harris I nos habla de las donaciones que hizo Ramsés III de 2607 cautivos a los templos tebanos o 205 al templo de Ptah en Menfis. Con este tipo de donaciones el faraón buscaba dejar muestra de su poder y autoridad ante los sacerdotes, que en ocasiones podían llegar a ser demasiado poderosos e influyentes.
No obstante, en las tierras del templo también había meret, que como se dijo antes no eran esclavos. Además, el uso de estos esclavos no se aplicaba a todos los trabajos del templo pues, por ejemplo, cerveceros y panaderos eran hombres libres.
Guerrero nubio
De esclavos a hombres libres
La emancipación de estos prisioneros era posible, tanto si eran propiedad del faraón como de un particular. Y no debía ser algo raro, ya que tenemos varios papiros que nos hablan de este paso de esclavo a nemehu, u hombres libres. En ocasiones, incluso, estas personas podían contraer matrimonio con algún miembro de la familia de su antiguo amo. Sus hijos eran, por tanto, libres igualmente, como nos relata el llamado Papiro de la adopción.
Mirad, yo la he emancipado, y si ella trae al mundo un hijo o una hija, ellos serán ciudadanos libres de la tierra del faraón.
Del mismo modo, nos habla de cómo una pareja, ante la esterilidad de la mujer, adquiere una esclava para que tenga  hijos, que después serán adoptados para que cuiden de sus padres en la vejez.
Adquirimos la esclava Dienihatiris y ella trajo al mundo a tres hijos, un varón y dos  mujeres, en total tres. Y yo los he adoptado, alimentado y educado, y he llegado al día de hoy sin que ellos me hayan hecho ningún mal; al contrario, ellos me han tratado bien, y yo no tengo más hijos ni hijas que ellos.  
Y otro ejemplo más, en este caso del reinado de Tutmosis III, en el que un barbero real llamado Sabastet recibió un esclavo en  una campaña en la que participó con este faraón, pero luego lo dejó en libertad y lo casó con su sobrina. 
El esclavo que me fue dado y cuyo nombre es Amenyu, yo me lo he ganado por la fuerza de mi brazo cuando acompañé al rey. Mira...él no quedará parado en  alguna de las puertas del rey. Yo se lo he dado como esposo a la hija de mi hermana Nebetta, cuyo nombre es Takamenet y lo he beneficiado con una porción igual a mi esposa y mi hermana. Él ha salido de la necesidad y no será más pobre.
En caso de no producirse esta emancipación, la esclavitud pasaba de los pregenitores a los hijos, dado que era hereditaria. Quizás por esto las mujeres esclavas tenían un precio más alto que los varones.
Estatua del matrimonio Maya y Merit
 ¿Esclavos con derechos?
Desde la XII dinastía está documentada la existencia de ciertos derechos de los esclavos. Aunque podían ser dejados en herencia y vendidos, podían casarse con personas libres (que generalmente les concedían la libertad) y, en general, fueron fácilmente asimilados a la población. En caso de no ser bien tratados por sus amos tenían derecho a denunciarlos por sus abusos y solicitar ser vendidos a otro patrón.
Durante la época saíta (ss. VII-VI a.C.) el esclavo pudo gozar de derechos jurídicos; estaba inscrito en el registro civil, podía poseer bienes y también venderlos y adquirirlos; podía intervenir como testigo en juicios, etc.
Masas de esclavos como mano de obra para construir los monumentos faraónicos. El arte también ha constribuido a la imagen errónea de que la economía del antiguo Egipto se basaba en la mano de obra esclava, cruelmente maltratada.
Conclusiones
La esclavitud en el antiguo Egipto poco tiene que ver con la imagen transmitida durante siglos por la Biblia, el arte o, más recientemente, el cine. Como hemos visto, los encargados de construir las pirámides fueron egipcios libres, mediante el sistema de corveas, que eran reclutados durante la época de la inundación del Nilo, momento en que los campesinos no podían cultivar la tierra y quedaban, por tanto, sin trabajo que hacer. Y, por supuesto, no eran tratados a latigazos.
Los esclavos en el Reino Antiguo, momento en que se construyeron estos famosos monumentos, serían pocos, procedentes principamente de expediciones militares a Nubia, y estarían destinados a trabajar en el servicio doméstico, las minas o el ejército, siendo este el mejor destino de todos, pues les permitiría escalar posiciones y conseguir la libertad.
El mito de la importancia de la esclavitud en Egipto se lo debemos en gran parte a los viajeros griegos que visitaron Egipto en su etapa final, pues al proceder ellos mismos de una sociedad esclavista no podían entender que la economía egipcia no se basara también en la mano de obra esclava (de ahí que Herodoto achacara la construcción de las pirámides a masas de esclavos).
Típica imagen del s. XIX, en la que el capataz egipcio, armado de un látigo, abusa de los debilitados esclavos. Imágenes como esta han contribuido a la creencia popular que se tiene sobre la sociedad egipcia, por parte de gente poco conocedora de su verdadera historia.
La esclavitud, por tanto, tenía un carácter muy particular en el antiguo Egipto, puesto que los esclavos tenían una serie de derechos, entre ellos denunciar a los amos maltratadores. Además, no era raro que un esclavo fuese liberado y posteriormente entrara a formar parte de la familia, mediante matrimonio o adopción, lo cual nos habla de que los egipcios no eran prejuiciosos en este sentido. Por otra parte, la esclavitud no supuso nunca ni la única ni la más importante mano de obra con que contaban los faraones para llevar a cabo sus obras públicas. Basta recordar que tanto los constructores de pirámides, como los posteriores constructores de hipogeos (habitantes estos del poblado de Deir el-Medina, que construyeron las tumbas del Valle de los reyes y las reinas) eran ciudadanos libres y remunerados.
Poblado de Deir el-Medina.
Bibliografía:
-CIMMINO, Franco. (2002): Vida cotidiana de los egipcios. Ed. Edaf. España, Madrid.
El mito de la esclavitud. Egiptomanía. Barcelona: Planeta DeAgostini, 1997, Vol. 7, pp. 1472-1475.
-BONGIOANNI, Alessandro. (2001): Atlas del antiguo Egipto. Ed. Círculo de lectores. España, Barcelona.
-ZINGARELLI, Andra Paula. (2004): La esclavitud en el Egipto imperial. Colección estudios de egiptología de ediciones ASADE. España, Sevilla.
-LOPRIENO, Antonio. (2012): Slavery and Servitude. In Elizabeth Frood, Willeke Wendrich (eds.), UCLA Encyclopedia of Egyptology, Los Angeles. http://digital2.library.ucla.edu/viewItem.do?ark=21198/zz002djg3j

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